segunda-feira, dezembro 13, 2004

Na Eslováquia, reformas liberais dos sistemas sociais atiram os Ciganos para a miséria

Ciganos - Eslováquia

Segundo a Organização Internacional das Migrações uma "catástrofe humanitária" está eminiente na Eslováquia, onde milhares de ciganos estão ameaçados pela subnutrição e pelo agravamento do estado de saúde, tornando-se nas primeiras vítimas das Reformas Liberais dos sistemas sociais, adoptadas pelo Governo de Bratislava.
Pode ler-se na edição do Monde de 12 de Dezembro:
"La réforme des systèmes sociaux du gouvernement libéral de Bratislava débutée en juin 2003, avec notamment la suppression de la gratuité des soins, avait provoqué l'hiver dernier des troubles et pillages dans les cités de Slovaquie de l'Est où vit une grande partie de la minorité rom. Depuis, la Slovaquie a définitivement adopté, le 21 octobre, une vaste réforme libérale de son système de santé.
Selon un rapport de l'Organisation internationale des migrations (OIM) publié début octobre, une "catastrophe humanitaire" menace les couches les plus défavorisées des Roms, en particulier dans certaines localités reculées, dépourvues de toute infrastructure et abandonnées à leur sort. "
O número de ciganos é estimado entre 8 a 10 milhões na Europa. Distribuindo-se na Europa Central, pela Roménia (1.5 milhões), pela Bulgária (300.000 a 700.000), pela Eslovaquia (320.000) e pela Hungria (200.000).

domingo, dezembro 05, 2004

Grupo Mello fecha Maternidade do Amadora-Sintra por falta de médicos.

Arquivo SIC

Maternidade do Hospital Amadora-Sintra, gerido pelo Grupo Mello, está encerrada por falta de médicos obstetras desde 6.ª feira e só deve reabrir na segunda-feira pela manhã. Um excelente exemplo de gestão privada. Será que o Estado através do Ministério da Saúde irá penalizar o Grupo Mello por este incumprimento do contrato.

Chile Vive! Informe sobre a Tortura e Prisões Políticas foi publicado!

O Chile não esquece. Na passada semana foi apresentado um Informe da Comissão que investigou a Tortura e as Prisões Políticas no Chile. Leitura obrigatória para os Defensores dos Direitos Humanos.
Excerto de um relato publicado no jornal "La Nación".
ASI ME TORTURÓ MANUEL CONTRERAS EL JEFE DE LA DINA DE PINOCHET EN TEJAS VERDES, SAN ANTONIO - CHILE
DECLARACIÓN DE LUZ DE LAS NIEVES AYRESS MORENO
En Nueva York, estado de Nueva York, Estados Unidos de América a ____ días del mes de agosto del año dos mil, ANTE MI, Alvaro Zuñiga, Cónsul General de Chile en esta ciudad, comparece Doña Luz de las
Nieves Ayress Moreno (nacida en Chile con el nombre Luz de las Nieves Ayress Moreno, cuidadana chilena, de profesión tutora, domiciliada en Nueva York, Nueva York, EEUU, pasaporte No. 6.347.871-7) mayor de edad, quien demostró su identidad con su pasaporte, y expone:

1. Hago esta declaración para ser presentada como evidencia en los casos pendientes contra el General Augusto Pinochet y sus subordinados en Chile. Esta declaración la hago bajo juramento y en pleno conocimiento del delito de perjurio.
2. Los hechos son los siguientes: Nací en Santiago, Chile el 5 de octubre de 1948. Yo ingresé al Ejercito de Liberación Nacional de Bolivia, un brazo del Partido Socialista en Chile, en el año 1968, y, en 1973, seguía siendo militante y activista del ELN, trabajando con mujeres y niños en las poblaciones. También era estudiante de arte y periodismo en la Universidad de Chile. Posterior al año 1973, milité en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile (MIR).
3. A pocas semanas después del golpe de estado, yo estaba en la casa de la madre de una amiga mía que estaba presa, cuando, a alrededor de las 10 de la noche, llegó un grupo de oficiales de carabineros y me arrestaron. Me esposaron y me llevaron primero a la Escuela de Suboficiales de Carabineros, y, después de dos o tres días, al Estadio Nacional. (En el Estadio los carabineros me contarían que la madre de mi amiga me había nombrado con la esperanza de salvar a su propia hija.) En la Escuela de Suboficiales, me golpearon y me dieron cachetazos. También me tocaban el cuerpo, amenazándome con avances sexuales, y me insultaban. A los presos nos tenían en unas celdas que quedaban en la parte de atrás de la Escuela, en las caballerizas.
4. Después los carabineros me llevaron al Estadio Nacional, donde estuve presa alrededor de dos semanas, siempre a cargo de carabineros y no de los militares. Me tenían en una de las torres del Estadio, sola. Yo veía abajo a los otros presos, pero ellos no me veían a mí. A menudo me interrogaban, a golpes y puñetazos, siempre encapuchada. También me insultaban; mis interrogadores tenían acentos brasileros. Eventualmente un oficial me llevó a mi casa y me dejó en libertad.
5. Me detuvieron nuevamente a mediados de enero del 1974. Yo estaba en la fábrica de mi padre, que manufacturaba artefactos de laboratorios en San Miguel, cuando llegaron muchos hombres armados, algunos con uniformes y otros no. Entre ellos estaba "El Comandante Alberto el Esteban", un hombre que había infiltrado a varios grupos y movimientos de izquierda. Yo nunca confié en él, pero un compañero del Partido Comunista le había dado mi nombre de guerra y nos habíamos visto, así que él fue el que me identificó cuando me arrestaron. (Después salió en los medios de comunicación que había un "Plan Leopardo," una supuesta acción que pretendía hacer un atentado contra las torres de alta tensión que estaban en la población Violeta Parra. Todo esto del plan fue inventado por la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) para justificar el asesinato de todo el grupo de Legua. Yo caí a raíz de el supuesto "Plan Leopardo".)
6. De la fábrica me llevaron a la casa de mis padres, también en San Miguel, y ahí tomaron preso también a mi padre, Carlos Ayress y mi hermano Carlos ''Tato'' Ayress, y otros amigos que estaban en la casa. Yo me enteré cuando estaba en la calle Londres que ellos también estaban detenidos.
7. De nuestra casa me llevaron al centro de torturas en la calle Londres, donde permanecí alrededor de dos semanas en una celda, sola e incomunicada. Aquí fui torturada brutalmente. Los métodos de tortura incluían golpes, y choques eléctricos a todas las partes más sensibles del cuerpo, como los senos, los ojos, el ano, la vagina, la nariz, los oídos, y los dedos. También usaban un método de tortura que se llamaba "Pavo de Arara", en el cual me amarraban los pies y los brazos, me colgaban cabeza abajo, y me aplicaban choque eléctrico al ano. Otro método de tortura que usaban es "el teléfono," en el cual me golpeaban con fuerza los dos oídos simultáneamente. Me torturaban desnuda y encapuchada. Fui torturada en la presencia de mi padre y hermano, y una vez me forzaron a intentar el acto sexual con mi padre y hermano. Me forzaban a presenciar las torturas de mi padre, de mi hermano, y de otros conocidos que estaban presos. Varias veces en el baño de Londres me violaron.
8. En una ocasión me subieron a un camión, de noche. Yo estaba encapuchada, y no podía ver. Me dijeron que me iban a matar, y yo perdí la conciencia. Luego me acuerdo de que alguien me empujó, y yo me caí del camión. Al borde del camino escuchaba como pasaban los autos. No sé si estaban intentando matarme; no estoy segura que pasó después.
9. Aunque no supe quienes eran mis torturadores en el centro de la calle Londres, me acuerdo que tenían acentos extranjeros, argentinos y paraguayos. Ellos me convencieron que estábamos en Buenos Aires. Una vez durante las torturas me vino un choque al corazón, o algún tipo de ataque de corazón, y los torturadores se asustaron. Escuché una voz chilena que dijo dónde tenían que ir a buscar medicina, en la calle Arturo Prat, y así es como supe que estaba en Santiago. De ahí en adelante me torturaban hombres con acentos chilenos. M. D., quien después supe que había dado mi nombre bajo tortura, también estuvo en Londres durante este tiempo.
10. En febrero, probablemente a principios de febrero, me trasladaron a Tejas Verdes, y estaba nuevamente incomunicada, en una celda que estaba en un grupo de cabañas que se habían construido bajo el Presidente Allende como un lugar de veraneo para los trabajadores. El centro de torturas quedaba al otro lado de un puente, en el subterráneo de un edificio, donde habían celdas de cementos. Como siempre estaba encapuchada cuando me llevaban, no sé bien como era ese edificio.
11. Tejas Verdes era el lugar donde entrenaban a los militares para ser torturadores, y ahí sufrí torturas brutales. Me forzaban a hacer actos sexuales con un perro que había sido entrenado para participar en torturas. Colocaban ratas adentro de mi vagina, y luego me daban choques con electricidad. Al recibir el choque, las ratas se desesperaban y hundían sus garros en la carne de mi vagina. Se orinaban y defecaban en mi cuerpo, introduciéndome el virus toxo plasmosis. Los torturadores me violaron en muchas oportunidades, y me tocaban sexualmente, insultándome, y forzándome a tener sexo oral con ellos. Me cortaban con cuchillos; una vez me cortaron las primeras capas del vientre con un cuchillo, y perdí mucha sangre. También me cortaron las orejas. Aún tengo las cicatrices. Otro método de tortura era que amarraban mis brazos y pies, yo estando tendida sobre una mesa, y luego me estiraban los brazos y las piernas hasta que perdían la circulación. Muchas veces me torturaban sin interrogarme. Yo no sabía por qué me seguían torturando.
12. Una vez fui torturada directamente por Manuel Contreras, a quien lo pude divisar porque la venda que cubría mis ojos estaba floja. Después lo reconocí en fotos. El me torturó con otra mujer, una alemana que estaba presa y quien a veces la torturaban conmigo porque pensaban que nos parecíamos y que quizás éramos hermanas.
Ella era la ex-mujer de Bautista van Schown. Contreras daba órdenes y supervisaba, pero también participaba directamente en las torturas. En esta sesión, él me golpeó, me dio cachetazos, y me insultó.
13. En Tejas Verdes yo me puse muy débil y enferma; mi vagina y útero estaban infectados y muy dañados por la tortura. Un sargento me traía paños y vinagre para que me tratara de curar. Una vez me dijeron que yo había tratado de suicidarme, y me mostraron un cordel colgado del techo de mi celda, pero yo no tengo recuerdo de haberlo puesto ahí, y pienso que quizá ellos lo pusieron. A través de un pequeño hoyo en mi celda yo podía ver a quienes pasaban; a veces veía a mi hermano y mi padre. A mi solo me veían los otros presos cuando los guardias me llevaban al baño. A M D. también la habían trasladado a Tejas Verdes, pero no estaba incomunicada.
Ella es testigo de que yo estaba en Tejas Verdes, y probablemente vio en la condición débil en que me encontraba. Yo también fui testigo de cómo torturaban a una mujer embarazada, que se llamaba Ana María.
Un doctor la supervisaba, y les decía a los torturadores cuándo podían seguir.
14. En marzo de 1974 fui trasladada a la Cárcel de Mujeres en la calle Vicuña Mackenna, en Santiago, que estaba bajo la administración de una orden de monjas carceleras. Aquí yo estuve en libre plática, y me quedé en un patio con las otras presas políticas; a las presas políticas nos tenían apartados.
15. En abril me di cuenta que estaba embarazada, y esto lo confirmó el Dr. Mery, un doctor militar que ejercía en la Universidad Católica, y quien me dijo que yo debiera estar orgullosa de tener un "hijo de la patria". Mi embarazo causó gran controversia. A estas alturas mi caso era internacionalmente conocido, debido a los esfuerzos de mi madre y familia de denunciar lo que me estaba pasando, y también a que una mujer que estuvo presa conmigo en la cárcel de mujeres de Vicuña Mackenna había logrado sacar al extranjero una declaración mía. Fuí entrevistada por la Cruz Roja Internacional, la Comisión Kennedy, Amnistía Internacional, la Comisión Internacional de Derecho Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA), el Alto Comisionado de las Naciones Unidas, por el Obispo Aristía de Santiago, un Dr. Phillippe, y por el Cardenal Raul Silva Henríquez, quien venía a ver a su sobrina, que también estaba presa. Un grupo de esposas de militares vino a visitarme, y me prometieron la libertad si yo no hacía mas declaraciones sobre mi embarazo y mi tortura, y me amenazaron con quitarme mi hijo una vez que naciera.
16. Las monjas ofrecían ayudarme a pedir permiso para un aborto. Yo no era religiosa, pero por estar en una cárcel cuidada por religiosas, tenía que elevar una solicitud al cardenal, y del cardenal al Papa. En Chile el aborto es penado por la ley de cinco años y un día. Yo estaba muy mal físicamente, y si me hacía un aborto clandestino en la prisión me podía morir, y por tal motivo decidí tener el hijo. Después de haber sobrevivido meses de tortura y detención, no les iba a dar el gusto a los militares de morirme. Sin embargo, en abril o mayo, comencé a tener mucho dolor en el vientre, y a perder coágulos de sangre. Aborté en forma espontánea. No recibí atención médica durante el embarazo ni la pérdida.
17. Yo nunca tuve un proceso legal. El General Bonilla, quien se interesó en mi caso, mandó un oficial a entrevistarme a la cárcel acerca de mi embarazo y del abuso sexual y otras torturas que había sufrido. En esta entrevista, el oficial me dijo que en un momento hubieron tres distintos procesos en contra mí, pero que los procesos eran tan contradictorios uno con el otro, que las cortes militares se declararon incompetentes en mi caso. Después hubo una orden de trasladarme al campo de concentración Pisagua, con pena de fusilamiento, pero el General Bonilla la bloqueó; él no estaba de acuerdo con el trato de los prisioneros y las prisioneras. Sin embargo, fuí condenada a estar presa "en virtud del estado de sitio."
18. Dos presas, M .D. y María Emilia Tijaux, estaban conmigo en la cárcel de mujeres, y son testigos del estado débil en que me encontraba. Eventualmente mi caso se puso demasiado complicado debido a toda la controversia que estaba causando, y, como no tenía condena oficial de la corte, en marzo del 1975 me trasladaron a Tres Alamos.
19. En Tres Alamos, donde permanecí hasta diciembre del 1976, fui sometida nuevamente a violaciones, amenazas, insultos, y otras torturas sicológicas. El Comandante Pacheco, quien estaba a cargo de Tres Alamos, me abusaba constantemente, sometiéndome a acosos sexuales durante casi dos años. Le gustaba pasearse por el campo de concentración conmigo a su lado. Yo estaba muy débil, y me desmayaba con frecuencia. Me quedaba en una celda con ocho otras compañeras. Otra presa, Marcia Scantlebury, también fue muy abusada por el Comandante Pacheco.
20. En la primavera, no me acuerdo en qué mes, nos trasladaron a las prisioneras de Tres Alamos por un mes a Pirque, en la cordillera, porque venía a Chile un grupo de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, y querían evitar una visita a Tres Alamos. Fue para dar una buena imagen ante la delegación de la ONU. Yo estaba muy deprimida, y me sentía ansiosa. Comía y lloraba mucho. La belleza del lugar de alguna manera me quebró sicológicamente.
21. Después de un mes nos llevaron de vuelta a Tres Alamos. Seguimos organizándonos para hacer trabajos de artesanía para vender afuera. Nacieron tres guaguas, y las cuidábamos entre todas. Mi madre y mis tías me visitaban en Tres Alamos. En esta época mi madre estaba haciendo las gestiones para que yo pudiera salir a Alemania.
22. En diciembre, salí expulsada de Chile por la dictadura con 17 compañeros y compañeras. La dictadura publicó un decreto especial para expulsarnos, dejándonos sin derecho de regreso. En esta lista estaban Gladys Díaz, Víctor Toro, Luis Corbalán, y 15 compañeros más. Muchas organizaciones internacionales, como la Cruz Roja, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas, y "CIME", ALTO COMISIONADO DE LA N.U. y la solidaridad de los pueblos del mundo, ayudaron a sacarme. En Berlín tenía conocidos, y me quedé con Nuria Nuñez, y también con Gilde Botay. En este tiempo me dedicaba a denunciar públicamente lo que estaba pasando
en Chile, y viajé mucho.

João Ferreira do Amaral defende o Não ao Tratado Constitucional, a Ler!

Coluna Expresso 27 Nov. 2004

João Ferreira do Amaral, defende no Expresso de 27 de Nov., o Não ao Tratado Constitucional, a Ler!

"não podendo manter a sua própria Constituição, a todo o momento alterável por normas comunitárias eventualmente aprovadas sem os votos portugueses (nunca mais saberemos que Constituição efectivamente temos) - situação violadora do princípio da autodeterminação dos povos; não dispondo de política externa autónoma, subordinada à política externa europeia; deixando de ter participação séria e autónoma em organismos internacionais, o que nomeadamente sucederá nas áreas económicas e financeiras quando, em consequência da aprovação da Constituição perdermos o voto no Conselho do Banco Central Europeu (o leitor lembra-se quando nos diziam que uma das principais vantagens de pertencer à moeda única era dispormos de um voto igual aos dos outros no Banco Central Europeu?"


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